lunes, 21 de noviembre de 2022

20 de noviembre de 2022

Hola, querido diario.

Ya ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te escribí que ya ni recuerdo cómo es el formato que usaba para nombrar las entradas.

Pasaba a saludarte y decirte que me haces falta.

¿Sabes? Me parece curioso que la gente aún te lea. Según las estadísticas, las visitas se han mantenido constantes en el último año. Eso me vuela la cabeza. 

Y gracias. Gracias a ustedes los lectores por leer. No los conozco, ustedes no me conocen y tampoco sé las razones que tienen para leerme pero gracias.

jueves, 30 de mayo de 2019

29 de mayo de 2019

Metido en mi cama, con un poco de sueño y con el sonido de la lluvia fuera del apartamento. Así es mi noche, querido diario.

Hay tantas cosas que iba a contarte pero no tuve el juicio para seguir escribiéndote y ya perdí el hilo de lo que quería decirte.

Leyendo las anteriores entradas veo que habían cosas desde semana santa pero como te decía antes: no recuerdo qué iba a contarte.

Pero bueno, no todo es malo. Puedo contarte que hoy inicié curso intersemestral. Por voluntad de Dios solo inscribí una materia. Tenía ganas de ver dos materias pero no pude inscribir la otra por falta de cupos. Me gustaría contarte que este proceso de inscripción fue como distinto porque mis papás querían que yo descansara en estas vacaciones sin yo haberles dicho que ya estaba mamado de la universidad. Fue algo distinto porque siempre están preguntando cuánto tiempo falta para que me gradúe y esa actitud como que no cuadra mucho con ellos.

La verdad es que no puedo quejarme. Realmente me sentí muy a gusto con ellos y sentí su respaldo a pesar de todo lo que ha sucedido.

Por ahora no hay nada más que contar. Bye.

lunes, 22 de abril de 2019

21 de abril de 2019

Hola, hola. ¿Cómo vas? ¿Qué tal te trata la vida, querido diario?

Mira que tengo un dilema. Quiero contarte cómo me ha ido; estoy bastante animado y siento que tengo la motivación pero también quiero dedicarle un tiempo a Dios para hablar con Él. También estoy considerando si debería escribir en otro momento porque mañana tengo que madrugar y de por sí, ya es bastante tarde.

Pero bueno, ya qué carajos. Ya estoy escribiendo por acá.

Te cuento que acaba de pasar la Semana Santa. Estuve donde mis papás toda la semana. El jueves y viernes salimos de viaje a varios pueblitos que no conocíamos. Todo estuvo espectacular. Viajamos a un sitio entre montañas; la vista era increíble y la pasamos delicioso.

El resto de la semana estuve en la casa y casi no salí. Creo que ya te había contado antes pero la rutina es siempre la misma: levantarse, ayudar a mi mamá con el aseo de la casa y el almuerzo y luego de eso sí descansar. No me gusta mucho ir por allá porque siento que pierdo mucho el tiempo. Siempre me la paso encerrado porque no conozco a nadie de por allá y termino durmiendo toda la tarde. A veces preferiría quedarme en la capital porque tengo con quién salir y tengo más cosas para hacer. Además que si quisiera adelantar algún proyecto que tengo por ahí, me es más fácil conseguir los materiales acá que en donde mis papás. La verdad es que no tengo claro en este momento la razón por la que voy. Quizás sea rutina y lo que se espera de mí.

Iba a contarte más cosas pero se me hizo re tarde. Sorry.

Mañana te cuento más. O bueno, eso espero.